jueves, 7 de abril de 2011

Consecuencias de la pesca ilegal en el Océano Austral


El Problema de la Pesca

De todos los males del mar, el peor es la pesca.

La pesca ilegal es un enorme problema. Ocurre en virtualmente todas las pesquerías -conjunto de actividades y recursos relacionados con la pesca- y se piensa que equivale hasta el 30% del total de las capturas en algunas pesquerías importantes. Muchas de las embarcaciones utilizan banderas de conveniencia para realizar las capturas. A pesar de que el dueño de la embarcación es de una nacionalidad, la registra en países en que no existen regulaciones estrictas para la pesca. Grandes y valiosos bancos de peces, así como vida marina muy diversa, están siendo amenazados por la sobrepesca, causada sobre todo por el manejo irracional de las pesquerías.



El verdadero tesoro del mar no es el petróleo, el oro o la plata. Los peces son infinitamente más valiosos. Los productos pesqueros son de los productos más comercializados con un valor de billones de dólares anuales. La flota pesquera global es actualmente 2.5 veces más grande de lo que pueden soportar los océanos de manera sustentable. Esto trae como resultado que el 52% de las pesquerías estén completamente explotadas y 24% están sobreexplotadas, recuperándose o extintas. El 90% de los peces grandes de todos los mares han desaparecido. Muchas poblaciones de peces comerciales han declinado al punto de que su supervivencia se encuentra en peligro.


 A menos que esta situación mejore, se pronostica que para 2048 todas las especies que se pescan actualmente para la alimentación se colapsarán. La pesca ilegal y el no apegarse a las cuotas tiene efectos no deseados tanto para el mar como para las pesquerías. El Fondo para la Vida Salvaje (WWF) ha calculado que la cuota de pesca de bacalao para el Mar Báltico de 76,000 toneladas es mucho menor que el promedio anual de 235,000 toneladas que había entre 1977 y 1997. Esto representa una pérdida de al menos 160 millones de euros comparado con lo que se podría haber pescado si en su momento se hubiera establecido una cuota sostenible de 165,000 toneladas anuales desde 1977. Todo por lograr utilidades a corto plazo en vez de ver el panorama global de las pesquerías. De acuerdo a un estudio reciente del Atlántico Norte, el número de peces se ha reducido a sólo una sexta parte de lo que había hace 100 años.

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